De Britney Spears a Jack Harlow, los NDA, o pactos de silencio contractual, son cada vez más populares entre celebridades cuando tienen encuentros íntimos. Especialmente si se dan con alguien anónimo
“No te equivoques: mi NDA es más grande que el tuyo”. La frase, uno de los momentos álgidos de la por otro lado olvidable comedia de Amazon Rojo, blanco y sangre azul, demuestra hasta qué punto esas tres letras (que corresponden a non disclosure agreement, es decir, acuerdo de no divulgación o pacto legal de silencio) se han convertido en uno de los acrónimos de moda, cada vez más presente en las ficciones contemporáneas. Las historias más o menos verosímiles sobre gente común que se ha visto forzada a firmar uno antes de tener relaciones sexuales con una celebrity proliferan en las redes.